Al principio de la ruta encontramos abetos, pinos (como en esta foto) y especies caducifolias como el fresno (Fraxinus excelsior) de la foto anterior. |
Olmo de montaña (Ulmus glabra) y sargas (Salix eleagnos) frente al abetal. |
Acer platanoides |
Otro arce, el acirón (Acer opalus). |
Sotobosque con matorral de Emerus majus. |
Frutos del falso regaliz (Astragalus glycyphyllos). |
Algunos abedules empiezan a amarillear. |
La belladona (Atropa belladona) con los primeros frutos y las últimas flores. |
Frutos e inflorescencia de la sabuda (Angelica sylvestris). |
Donde se rompe el bosque se generan nuevas oportunidades y siempre prospera la vida. |
Una madreselva arbustiva que en España vive solamente en Pirineos: Lonicera nigra, con sus bayas oscuras características. |
Aspecto del ramaje y hojas de Lonicera nigra. |
Prenanthes purpurea |
Un gusano del género Gordius, muy abundante en toda la ruta, que habita próximo al agua. Se trata de un ser inquietante cuyas larvas parasitan a diversas clases de artrópodos. |
Otro arbusto del noreste ibérico, la leguminosa Cytisophyllum sessilifolium, con frutos. |
La oreja de oso (Ramonda myconi), una especie rupícola, ya sin flores. |
En un paredón rezumante fotografiamos a las grasillas (Pinguicula longifolia), una especie insectívora, y a las Parnassia palustris, de flores blancas. |
Hojas y porte del arbolillo Salix caprea. |
Laserpitium nestleri |
Llegamos al bosque de las hayas. |
Estamos todavía en verano pero llueve todas las tardes: se ven bastantes setas, al menos para lo que esperaba para esta época del año. |
Rosa villosa |
Astrantia major, una umbelífera propia de ambiente nemorales. |
Bupleurum falcatum |
Laserpitium siler, porte y frutos. |
Pedicularis foliosa |
Aconitum vulparia, un habitante de los megaforbios. |
Avanzadilla de fresnos (Fraxinus excelsior) en la pradería. |
Frutos maduros del pudio (Rhamnus alpina). |
Leuzea centauroides, una especie que supera el metro de altura. |
Serbal de cazadores (Sorbus aucuparia) con fresnos, abedules, etc. |
Eryngium bourgatii |
Varios ejemplares de Centaurea scabiosa. |
Gentiana cruciata |
Vista parcial de las Gradas de Soaso. Aunque no están tan agobiantemente concurridas como en agosto, es imposible hacer una foto sin que aparezca gente en los alrededores. |
Rhinanthus pumilus, la cresta de gallo. |
Pinos royos (silvestres) y abedules creciendo en una ladera. |
Lagartija roquera (Podarcis muralis) tomando el sol. |
Otra madreselva: Lonicera pyrenaica, porte. |
Scabiosa columbaria, una hierba perteneciente a la familia de las dipsacáceas. |
Espectaculares vistas del circo glacial, poco antes de alcanzar la cascada. Hemos dicho que todas las tardes llovía, ¿verdad? |
El erizón Echinospartum horridum todavía mantiene algunas flores. |
Esta tarde no es una excepción: nos da para hacer una foto rápida a la cascada antes de que se ponga a jarrear. |
Población de Mercurialis perennis en el suelo del hayedo. |
Lactuca muralis |
Veronica ponae |
Galeopsis angustifolia |
Scrophularia alpestris |
Flores de Antirrhinum majus. |
Ambiente del hayedo-abetal. |
Artemisia vulgaris, el ajenjo. |
Las hojas de la boraginácea Pulmonaria affinis, otra planta del interior del hayedo. |
Las hayas (Fagus sylvatica) al atardecer. |
Otra especie señera del hayedo: la uva de raposa (Paris quadrifolia), una herbácea perenne. |
En este caso, otra uva de raposa con el fruto que da nombre vulgar a la especie. |
Vista al atardecer de las imponentes moles calizas que bordean al río Arazas. |
Ajedrea (Satureja montana). |
También la lantana o morrionera (Viburnum lantana) presenta los frutos con un aspecto plenamente otoñal. |
Qué maravilla....En mi caso, Ordesa, por haber estado tantas veces (por cercanía), lo acabas viendo monótono. Pero es cierto que si tardas en ir, cuando llegas a la pradera y ves el ambiente magnífico en todas direcciones, te das cuenta de la maravilla que es. A ver si me escapo este otoño y trató de identificar un 10% de las especies que aparecen en tu post. ;-). Un saludo y enhorabuena por tu blog!
ResponderEliminarLa verdad es que el post ha quedado bastante largo, pero qué narices, que hablamos de Ordesa y nunca había aparecido hasta la fecha en el blog...
ResponderEliminarQué suerte, Óscar, que tengas tan a mano tanto Ordesa como el resto del Pirineo: a mi en otoño me es imposible escaparme hasta allí, así que este acercamiento de septiembre me ha sabido a gloria.
Un saludo.