lunes, 31 de julio de 2017

En el curso medio del Guadarrama (mucho calor y alguna especie notable)


Escapada rápida al Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama para cerrar julio y martirizarnos con las altas temperaturas (sólo un rato, eh). Aunque en el trayecto recorrido predominan los encinares con jaras pringosas, buscamos el frescor de los arroyos tributarios del Guadarrama, donde crecen los bosques de ribera y otras especies de mayores requerimientos hídricos.

Estamos en una zona de campiña a unos 650-700 metros de altitud, donde se mezclan retazos de monte con encinares adehesados sobre arcosas. En la imagen, una mata de Dorycnium pentaphillum, la lebrela, creciendo sobre un talud de esta naturaleza. 


Vistas de los sufridos encinares (por no mencionar a las jaras). En el claro del monte, jaras pringosas, lebrelas y santolinas (Santolina rosmarinifolia), componen el principal grupo de acompañantes de las carrascas.

Un valiente Centaurium grandiflorum subsp. majus (de la familia de las gencianas) se atreve a florecer ahora.

Otra especie en flor, en este caso la Pimpinella villosa, que convoca a un gran número de insectos entre sus inflorescencias.

La belesa (Plumbago europaea), una mata que abunda en estos medios, también con flores.

Una joven lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), que gusta de terrenos de textura arenosa y algo despejados.

Llegamos a los bosques de ribera. Aquí vemos madreselvas (Lonicera etrusca), arces (Acer monspessulanum), servatos (Peucedanum officinale), etc., en el borde del bosque.

Peucedanum officinale

Curiosamente, un grupo de peonías (Paeonia broteri), con las hojas amarillas, crecen en medio del terreno abierto (generalmente gustan de estar menos expuestas).

Detalle del fruto sin abrir de Paeonia broteri.

Otra sorpresa: hojas muy asimétricas, tomentosas por el envés, y ramillas sin súber...

...se trata de un olmo blanco (Ulmus laevis). Siempre gusta verlo, aunque se trate de individuos asilvestrados.


Porte de un fresnillo (Dictamnus albus). Javier Grijalbo nos indicó la existencia de esta especie: muchas gracias, Javier.

A finales de julio los frutos ya se han abierto y liberado las semillas: las cápsulas abiertas permanecen en la planta.

Hoja de Dictamnus albus.

Arce (Acer monspessulanum).

Los fresnos de hoja estrecha forman las principales formaciones de galería.

Una retama loca (Osyris alba) creciendo profusamente en la orilla del arroyo.

Entre las ramas de la anterior crecen los jazmines (Jasminum fruticans).

Una herbácea vivaz de la familia de las asclepiadáceas: Vincetoxicum nigrum, que ahora está abriendo los frutos.

Los quejigos (Quercus faginea) se mezclan con los fresnos.

Fresnillos y peonías crecen a la vera de la sombra de los quejigos.

Cerca del cauce, fotografiamos a esta verbena (Verbena officinalis).

Una matita que gusta también de suelos silíceos y arenosos: Ortegia hispanica.

También encontramos algunas especies ruderales que se encuentran en flor, como la bonita achicoria (Cichorium intybus).

Verbascum virgatum

Centaurea ornata

Carlina racemosa



sábado, 29 de julio de 2017

El verdadero espantalobos (Colutea arborescens)


Para los que vamos teniendo una edad, el espantalobos era la Colutea arborescens, de toda la vida: así figura en la guía INCAFO de Ginés López (no se ha superado esta publicación hasta la fecha, pese al tiempo transcurrido) y en la bibliografía botánica que existía... hasta que en 1999 Flora Iberica publicó el primer tomo de las leguminosas y ahí aparecían las tres especies: además de la mencionada, en España teníamos Colutea brevialata y C. hispanica.

Así, con el triunvirato de "Coluteas" repartido por la Península, resultaba que la distribución de Colutea arborescens se limitaba a algunas localidades del noreste del país: con toda seguridad es el más escaso de los tres espantalobos.

Aprovechamos la estancia en Inglaterra para fotografiar al espantalobos "original", con flores y frutos a comienzos de agosto. En el Reino Unido no es una especie autóctona, sino que se emplea desde el siglo XVI en jardinería y se ha asilvestrado en varias partes del país.

Las diferencias entre los espantalobos autóctonos las dejamos para otra ocasión, que esto pretendía ser una entrada veraniega (o sea, corta), y se me está yendo de las manos.
 

miércoles, 26 de julio de 2017

Cytisus cantabricus (y otros parientes cercanos)


La escoba o retama negral Cytisus cantabricus es un arbusto que alcanza los dos metros y habita desde Asturias hasta Navarra, incluyendo el sur de la Cordillera Cantábrica (León, Palencia y Burgos) y suroeste de Francia. Se caracteriza por tener frutos con el cáliz lampiño y legumbres completamente cubiertas de largos pelos, como muestra la fotografía (realizada en julio).

También pueden apreciarse los dos tipos de hojas que posee la especie: unifoliadas (simples) y sentadas en las ramas nuevas y trifoliadas y pecioladas en las viejas.

Aquí vemos el porte de la especie, en el borde de un melojar de la Montaña Palentina. Se puede encontrar desde el nivel del mar hasta la media montaña (pudiendo ascender excepcionalmente hasta los 1.800 m), habitualmente en claros y setos de bosques marcescentes o atlánticos.

Esta escoba de la fotografía es otro arbusto del mismo género con el que convive en parte de su área de distribución y puede confundirse Cytisus cantabricus: se trata de la más abundante Cytisus striatus. Aparte de coincidir en el tipo de legumbre cubierta de pelos, se diferencian en que C. striatus tiene el cáliz cubierto de pequeños pelos adpresos que le aportan un aspecto seríceo.

Aunque realmente la especie del género que sigue teniendo presencia mayoritaria entre los Cytisus norteños es, sin lugar a dudas, la conocidísima Cytisus scoparius, de cálices lampiños y legumbre con pelos presentes únicamente en los bordes.

Como curiosidad final, comentaremos que para algunos autores los Cytisus cantabricus palentinos fotografiados deberían denominarse Cytisus dieckii, tal y como justifican en el presente artículo.
 


viernes, 21 de julio de 2017

Flora acuática: Stratiotes aloides


Hoy presentamos a una planta acuática que se citó en la cuenca del Guadiana y las lagunas de Rosas (Gerona) hace más de dos siglos y medio... pero no ha vuelto a encontrarse silvestre en territorio español desde entonces.

Stratiotes aloides es una planta perenne y flotante (no tiene raíces verdaderas) que pasa sumergida buena parte de su ciclo vital, emergiendo poco a poco, a medida que ascienden las temperaturas, para emitir las flores durante el verano.

Las hojas se agrupan en roseta y son lineares y alargadas, pudiendo alcanzar los 60 cm de longitud, con el borde finamente aserrado y acabadas en punta.

Habita aguas estancadas, lagunas, lagos y otros humedales de aguas superficiales, con preferencia por aguas duras o calcáreas. La fotografiamos (antes de que floreciese, una lástima) el año pasado en Inglaterra, donde parece ser que solamente existen individuos femeninos.