martes, 24 de diciembre de 2019

Retama blanca o de olor (Retama monosperma)


Si hay un arbusto exclusivo del suroeste ibérico que además tenga relevancia dentro del paisaje, este es la retama blanca o de olor (Retama monosperma), una leguminosa arbustiva alta (puede superar los dos metros) que vive sobre terrenos arenosos desde el nivel del mar hasta los 300 metros de altitud, acompañando a pinares, enebrales costeros y sabinas.

Se diferencia de la más extendida retama de bolas (Retama sphaerocarpa) por sus flores blancas, de corola mayor (supera los 8 mm mientras que la segunda no alcanza los 6), con estandarte apiculado y alas de igual tamaño, mientras que la quilla es más corta.

Comienza a florecer a partir de febrero, en las costas de Cádiz y Huelva: se ha empleado como ornamental fuera de su área natural de distribución, por lo que se ha asilvestrado en varios puntos del interior y del litoral mediterráneo.

Con esta especie de inicio de floración genuinamente invernal aprovecho para desear felices fiestas a todos los lectores.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Especies interesantes del suroeste (3): Bahía de Cádiz

Aunque los hábitats predominantes en la Bahía de Cádiz son las marismas mareales, las salinas, las dunas y las playas, en esta ocasión vamos a mostrar a algunas de las especies que crecen en los pinares y otros suelos asentados del interior de este parque natural. Hemos venido a conocer al enebro Juniperus navicularis, una cupresácea que crece -de forma muy puntual- en algunos huecos del pinar.

Nos acompañó Íñigo Sánchez, verdadero descubridor (iba a escribir "redescubridor", por aquello de que la especie ya estaba citada en Flora Iberica, pero es que en esta obra las referencias para esta especie en España son bastante raras e incoherentes) de este enebro en nuestro país, pues se suponía que era una especie endémica de Portugal; un auténtico lujo. Muchas gracias, Íñigo.

Porte de Juniperus navicularis: en este caso, la mayoría de las plantas se presentan como arbustos bajos, de un metro aproximadamente, aunque parece ser que pueden crecer bastante más. Posteriormente al descubrimiento de las poblaciones gaditanas, la especie se ha citado en algunas zonas litorales onubenses próximas a Doñana. En cualquier caso, se trata de una especie amenazadísima en nuestro país que debería estar estrictamente protegida.

Detalle de las hojas de Juniperus navicularis: son obtusas, mucronadas y notablemente más pequeñas que en J. oxycedrus (4-12 mm en la primera por 8-25 en la segundas; el gálbulo también es menor).

Agallas ovoides terminadas en punta provocadas por Oligotrophus valerii (delante un par de ellas frescas y detrás a la izquierda una antigua, ya seca) sobre Juniperus navicularis.

Euphorbia boetica es una lechetrezna que alcanza medio metro de altura propia de suelos arenosos y acompañante del pino piñonero; se distribuye sobre todo por el suroeste, pero algunas poblaciones también alcanzan el sureste peninsular.

Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis).

Vista general del hábitat de estas especies.

La calaminta real o zahareña basta (Sideritis arborescens) es una labiada que alcanza casi el metro de altura distribuida por buena parte de Andalucía y el Algarbe portugués. Crece sobre diferentes sustratos, pedregosos o arenosos, tanto calizos como dolomíticos o silíceos pero, en cualquier caso, nunca resulta frecuente. Aquí la vimos formando parte de un matorral bajo con varias especies de jaras, Ulex australis, Thymelaea hirsuta y otras leñosas.

Inflorescencia y hojas de Sideritis arborescens.

Fumana juniperina es una cistácea de unos 20 cm, algo tendida, que crece sobre suelos arenosos. También se cita en algunos puntos de nuestro litoral mediterráneo, pero siempre escasa. Sus hojas, a diferencia de lo que sucede en otras especies del mismo género parecidas, son lanceoladas pero con el margen no completamente revoluto (se aprecia bien el envés).

Detalle del inicio de la floración (estamos en abril) en Fumana juniperina.

Para finalizar, otro ejemplar de Sideritis: aunque ahora se reconoce como subespecie de S. arborescens, en ocasiones ha ostentado el rango de especie; nos referimos a Sideritis perezlarae, otra zahareña que rebasa los límites de la Bahía de Cádiz, apareciendo en otras partes de la provincia. Parece ser que presenta unas brácteas menores que la especie tipo y vive exclusivamente sobre arenales litorales.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Zarzas ibéricas: Rubus laciniatus

Pese a que incluimos a Rubus laciniatus dentro del grupo de zarzas ibéricas, la verdad es que se trata de una especie "de origen desconocido" (según Flora Iberica) asilvestrada por buena parte de Europa (incluida España) y Norte América; en nuestro país la habíamos visto en Cazorla-Segura (Jaén) y sorprendentemente encontramos varios ejemplares en las proximidades de las Lagunas de Castrejón (en la imagen), unos pequeños humedales cercanos a El Escorial.

En los setos próximos a las lagunas la zarzamora más abundante, no obstante, sigue siendo la ubicua Rubus ulmifolius: estamos casi a mediados de julio y buena parte de estas zarzas se encuentran ahora en plena floración.


Inflorescencias y envés tomentoso en las hojas de Rubus ulmifolius.

Y entre las ulmifolius descubrimos a esta otra especie: Rubus laciniatus, una zarza fácil de identificar por poseer folíolos algo coriáceos, con el margen laciniado y aserrado.

Las hojas de Rubus laciniatus poseen cinco folíolos, con el terminal dividido en 3-5 segmentos y margen irregular, profundamente aserrado.

Envés de las hojas de Rubus laciniatus.

También la floración de R. laciniatus acontece ahora. Los pétalos de sus flores son de color rosáceo.

Entre las fotos de ese día encuentro esta, en la que un joven gorrión confía en lo abigarrado y espinoso del zarzal para pasar desapercibido o, al menos, inaccesible para los depredadores. Qué importancia tienen nuestros setos vivos como refugio de insectos, aves, plantas herbáceas y para el establecimiento de otras especies leñosas.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Especies interesantes del suroeste (2): el interior

Seguimos mostrando algunas especies arbustivas (o al menos perennes y leñosas en la base) del suroeste: en esta entrada seleccionaremos a varias que crecen fundamentalmente en las provincias del interior del país, tanto en ríos y arroyos, como en bosques esclerófilos o marcescentes. Para empezar, la foto de un alcornoque (Quercus suber), pues la primera parada la realizamos en tierras extremeñas donde domina este árbol.

Aspecto general de la Sierra de Montánchez, en Cáceres, con alcornocales, jarales y pastizales para aprovechamiento ganadero.

En esta sierra, formando parte del sotobosque del alcornocal o creciendo entre berrocales graníticos, encontramos a nuestro primer arbusto: el codeso Adenocarpus desertorum. Se trata de un endemismo de la zona cuya aceptación como especie independiente de A. complicatus no está clara; nada mejor que las palabras de Alberto Gil Chamorro al respecto para conocer de qué estamos hablando.

En cualquier caso, estamos en mayo, así que todavía los codesos no han florecido; tenemos que conformarnos con hacer una foto testigo de sus hojas, porte y hábitat y seguir adelante.

En los arroyos y otros cauces de Monfragüe, Montes de Toledo, Sierra Morena y buena parte del cuadrante suroccidental encontramos al tamujo (Flueggea tinctoria), un arbusto alto (puede llegar a medir dos metros) y espinoso que acompaña a tarays y adelfas, formando unas formaciones (tamujares) en las riberas prácticamente impenetrables.

Dichas formaciones resultan impenetrables debido a las largas y punzantes espinas que presenta esta especie, localizadas en el extremo de las ramas.

Hojas y flores femeninas (se trata de una especie dioica, con pies masculinos y femeninos) de Flueggea tinctoria. Los tamujos comienzan a florecer muy pronto (en febrero), así que en mayo ya suelen tener los frutos formados.

Aunque ya publicamos alguna fotografía de la trepadora Clematis campaniflora en Monfragüe la pasada primavera, no llegamos a mostrar sus flores, de una llamativa tonalidad violácea. En la fotografía (realizada en junio en Cabañeros, Ciudad Real), se aprecian también los glomérulos de frutos, unos aquenios prolongados en el estilo caracterizados por no ser plumosos (como sí suelen ser el resto de especies ibéricas).


Detalle de las flores abiertas de Clematis campaniflora. Es una especie más o menos termófila que crece en las riberas de arroyos y ríos del suroeste peninsular, si bien es cierto que puede subir bastante al norte, como sucede en los Arribes del Duero, en Zamora (en la imagen).

Un rabogato también exclusivo del centro y oeste del país es Sideritis paulii (a veces se considera subespecie de S. arborescens). Es una labiada de buen tamaño (alcanza los 80 cm) que vive sobre sustratos silíceos en el piso de la encina. Resulta relativamente escasa.

Aspecto de brácteas, inflorescencia y detalle de las flores de Sideritis paulii. La fotografiamos en flor en el mes de junio, aunque puede comenzar a hacerlo a partir de abril.

Las hojas de Sideritis paulii son lanceoladas, dentadas, más o menos patentes y con los nervios bien marcados.


Nos desplazamos hacia el norte de Extremadura, hacia las sierras que separan esta región de Salamanca, Ávila y Toledo. Encontramos quercíneas que, como sucedía con el alcornoque, desplazan a la encina en los ambientes más húmedos, como el quejigo (Quercus broteroi o Q. faginea subsp. broteroi) de la fotografía. Estamos a principios de octubre y así lucen algunas bellotas.


Además de los quejigos, al seguir ascendiendo, aparecen otras especies marcescentes como el melojo (Quercus pyrenaica, en la foto superior) y caducifolios como el castaño (acompañados por pinos resineros de repoblación, en la inferior). En este ambiente nos detendremos para mostrar a las dos últimas especies.

Una de ellas es la zarza Rubus castroviejoi, que crece tendida en el borde del melojar-castañar.

Rubus castroviejoi es una zarzamora con glándulas en el turión, cuyas hojas están compuestas por tres folíolos de haz poco pelosa. El central tiene una forma obovada muy característica, con la base muy estrecha y finalizado en una punta larga.

Vista del envés (más pálido) de las hojas de Rubus castroviejoi: a diferencia de otras especies parecidas, no es tomentoso. Esta especie puede encontrarse, además, en otros puntos del norte del país (Galicia, Navarra, Huesca, etc.).

Esta lagartija ibérica, fotografiada por los alrededores, nos llamó la atención por los ocelos tan azules que presentaba.

Por último, en los claros que dejan los melojos, junto a escobas y jaras encontramos a la segunda especie, Euphorbia oxyphylla, una planta perenne que alcanza los 45 cm de altura de hojas algo carnosas, glaucas y punzantes. Es una planta exclusiva de las sierras del oeste peninsular que alcanza Madrid.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Genistas de Baleares

Vamos a darnos una vuelta por las islas Baleares para conocer a las principales especies de genistas que habitan este archipiélago, algunas de las cuales ya han aparecido por el blog. Empezamos por la gatosa (Genista tricuspidata o G. lucida), un arbusto alto que comienza a florecer muy pronto (de febrero a mayo): la única foto que tenía con flores (cuya quilla supera en tamaño al estandarte) corresponde a un ejemplar que vimos en Capdepera (noreste de Mallorca) a finales de marzo. De él cuelgan algunas acículas de los pinos carrascos cercanos.

Genista tricuspidata es un arbusto espinoso con las ramas simples o trífidas (divididas en tres), con hojas alternas solamente con el folíolo central desarrollado, que es algo seríceo por el envés y glabrescente por el haz. Las flores se reúnen en racimos laxos y en bajo número en el extremo ramas espinosas.

Frutos recién formados de Genista tricuspidata a principios de junio. Miden cerca de un centímetro, tienen pelos esparcidos por su superficie y terminan en un gran "pico"; contienen una única semilla en su interior.

G. tricuspidata es la única genista de la entrada de hoy no endémica de Baleares: como ya vimos a principios de año, este arbusto también se encuentra en Alicante y norte de África, habitando cerca de acantilados marítimos y, en general, en medios rocosos calcáreos muy secos.

La segunda especie, también muy espinosa, es Genista valdes-bermejoi (G. balearica o G. acanthoclada subsp. fasciculada), que a diferencia de la anterior presenta el órgano estipular muy desarrollado. También se diferencian en que la primera es un arbusto almohadillado que no alcanza el medio metro de altura (mientras que G. tricuspidata puede llegar a los dos metros). En la foto, aspecto de las gruesas ramas (pueden ser opuestas) que finalizan en una espina de punta negruzca.

Las flores nacen solitarias en los órganos estipulares del año anterior, entre mayo y junio. Como puede apreciarse, la quilla también es mayor que el estandarte (que está cubierto de pelos por el dorso). Fruto globoso.

Floración en Genista valdes-bermejoi, donde destaca la forma redondeada y emarginada (escotada) del estandarte. Esta especie tiene muy pocas hojas (subsésiles, las superiores unifoliadas y las inferiores trifoliadas).

G. valdes-bermejoi es un endemismo de Mallorca que forma parte de los matorrales expuestos al viento próximos a la costa, como en los alrededores del Cabo de Formentor, en el norte de la isla, donde crece junto a Teucrium subspinosum, Astragalus balearicus, Launaea cervicornis, etc.

En cuanto a las genistas no espinosas o inermes de las islas, ya mencionamos en esta entrada a Genista majorica dentro de aquellos arbustos unifoliados, con ramas y hojas alternas y hojas de haz glabro y envés seríceo: ahora presentamos a una especie endémica de Ibiza, de aspecto grácil por presentar largos entrenudos y ser poco foliosa: se trata de Genista dorycnifolia. Su característica más destacable, no obstante, es que sus hojas y ramas normalmente son opuestas.

Detalle de la inflorescencia de Genista dorycnifolia. Este arbusto alto (puede alcanzar los tres metros según Flora Iberica) florece en primavera (de abril a junio). Las flores se reúnen en inflorescencias más o menos densas en los extremos de las ramas. La especie tiene hojas tanto unifoliadas (superiores) como trifoliadas (con folíolos lineares).

Últimas flores y primeros frutos formados (a la derecha) de Genista dorycnifolia. Los frutos son unas pequeñas legumbres muy seríceas, ovoides y falcadas que terminan en pico.

G. dorycnifolia convive junto a romeros, lentiscos, jaras estepas, brezos (Erica multiflora), labiérnagos, coscojas y otros arbustos basófilos o acompañando a los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis).