jueves, 7 de febrero de 2019

El asperillo (Boleum asperum)


Para finalizar con las crucíferas leñosas de la flora ibérica presentamos esta semana al asperillo (Boleum asperum), un arbustillo que alcanza los 40 cm y que habita tanto matorrales gipsícolas como ambientes parcialmente ruderalizados (cunetas, taludes y márgenes de cultivos extensivos).

El asperillo es un endemismo del Valle del Ebro, donde crece repartido por diversas poblaciones, principalmente en Aragón (Los Monegros, Val de Fabara, Caspe, etc.), aunque testimonialmente penetra en la provincia de Lérida. Aquí vemos un detalle de su floración  durante el mes de abril. En los sépalos pueden apreciarse los grandes pelos simples y rígidos (que también crecen por tallos, hojas y frutos), característicos de la especie.

Boleum asperum en flor a mediados de abril, con algunos frutos ya formados. Las hojas son enteras (o con un par de pequeños lóbulos) de forma oblongo-lanceolada. Se trata de la única especie del género Boleum y se encuentra protegida en toda su área de distribución.

Detalle de los frutos ya completamente formados. Son similares a los del género Vella (de hecho, al asperillo a veces se le ha considerado como un integrante más de este género), pues están formados por dos artejos, el superior con forma de lengua y el inferior (el que contiene las semillas) globoso y cubierto por los grandes pelos rígidos que mencionaba antes.

Los frutos son indehiscentes y se desprenden enteros una vez maduros; tanto la indehiscencia como la presencia de largos pelos parece ser que son adaptaciones propias de la dispersión zoócora y características del asperillo, puesto que sus parientes del género Vella carecen de ellas.
 

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