viernes, 20 de agosto de 2021

Los groselleros ibéricos

 

Vamos a publicar algunas fotografías de los groselleros ibéricos: en realidad de las tres especies autóctonas y una cuarta que se cultiva y asilvestra con frecuencia. Comenzamos por la de mayor talla (puede alcanzar los tres metros de altura), el grosellero de roca (Ribes petraeum), un arbusto de hojas anchas (hasta 15 cm), palmatífidas, con tres/cinco lóbulos, el central ensanchado en la base.

Las flores crecen en racimos horizontales o péndulos, cuyo eje carece de glándulas. Aquí vemos los frutos verdes en julio; florece a partir de mayo.

Aunque el grosellero de roca alcanza los pedregales y gleras a 2.400 metros de altitud en la Cordillera Cantábrica y Pirineos, aquí vemos a un ejemplar crecer a menos altitud, en un bosque mixto del Valle de Benasque (Huesca). Se distribuye también por el Sistema Ibérico y recientemente Rubén Bernal lo descubrió en la sierra de Guadarrama madrileña.

Similar a la anterior es el grosellero de los Alpes (Ribes alpinum), un arbusto de menor talla (hasta 1,5 m) con las hojas mucho menores (hasta 5 cm de ancho) y con el lóbulo central atenuado en la base.

Posee racimos erectos y suele considerarse planta dioica (algunos ejemplares poseen flores masculinas y otros femeninas, con flores rudimentarias del otro sexo). Habita medios similares al grosellero de roca y también asciende mucho por las montañas, superando los 2.000 metros. Vive en la mitad norte peninsular y algunas serranías Béticas.


La especie más sencilla de reconocer es el grosellero espinoso (Ribes uva-crispa), el único que posee espinas (generalmente en grupos de tres), además de tener unos frutos mayores que salen solitarios o por grupos de 2-3 en las axilas de las hojas. Se trata de una especie cultivada y asilvestrada desde la antigüedad, por lo que algunas poblaciones pueden tener este origen. Aquí mostramos el detalle de hojas y frutos, así como el porte, de un ejemplar encontrado en en Valle de Navafría, Sierra de Guadarrama, Madrid.

La última especie, el grosellero rojo (Ribes rubrum), parece proceder asimismo de cultivos. Es parecido al grosellero de roca, si bien este último posee pelos glandulares en el limbo de las hojas y flores con sépalos erectos, mientras que Ribes rubrum carece de dichos pelos y los sépalos de sus flores son patentes.


Es un arbusto que, además, raramente alcanza el metro y medio de altura. Aquí vemos un ejemplar fructificado y el porte del mismo durante junio en el Valle de Lozoya, también en la Sierra de Guadarrama madrileña.



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