Aprovechamos la tarde para dar una vuelta por el Jardín Botánico, al que hace algún tiempo que no acudíamos, y aunque llegamos tarde (y cierra pronto), nos da tiempo a traernos algunas fotos de varias especies arbustivas que ahora se encuentran en flor.
En la zona de invernaderos, un sector dedicado a la vegetación subtropical que cuenta con una representación notable (y apretada) de especies canarias (Heberdenia bahamensis, Laurus canariensis o L. novocanariensis, Maytenus canariensis, Dracaena draco, Picconia excelsa, Apollonias barbujana, Geranium canariense, etc.).
Aquí se encuentra en flor la boraginácea Echiun decaisnei, el taginaste blanco (endémico de las islas orientales, con varias subespecies), de grandes inflorescencias cónicas en el final de las ramas. La corola de las flores es blanca, con varias líneas de tono azulado. Muestra de una inflorescencia y detalle de las flores.
Otra especie endémica, en este caso solamente de Gran Canaria, es la retama peluda (Teline nervosa), que recibe este nombre por el tomento que cubre sus hojas trifoliadas, tallos y cálices, como se aprecia en la fotografía. Se trata de una especie amenazada, propia de matorrales termoesclerófilos, que es empleada en jardinería.
Fuera de los invernaderos, encontramos al hediondo (Anagyris foetida), un arbusto caducifolio que en la Serranía de Ronda hemos visto en flor en pleno diciembre: en el centro del país se ve que tarda un poco más en sacar las flores. Éstas se agrupan en racimos cortos en la base de las hojas. Como se aprecia en las fotos, la longitud del estandarte (el pétalo superior de la flor) es claramente inferior a la de las alas y la quilla.
Otro arbusto caducifolio que ahora saca las flores (antes incluso que las hojas) es el cornejo macho, Cornus mas. Se trata de una especie europea que, en teoría, no llega hasta la Península Ibérica, si bien el catálogo de especies autóctonas del Proyecto Forestal Ibérico lo incluye en nuestro país, en los pirineos orientales (aquí el enlace con el catálogo 2011-2012). Las flores, de color amarillo, se aprietan en densos ramilletes, como se muestra a continuación.
El brezo Erica erigena, presente de manera natural en el oeste peninsular y algunas serranías orientales, florece durante buena parte del invierno en su área de distribución. Las anteras de los estambres y el estilo asoman por fuera de la corola y los pedicelos de las flores presentan en su mitad dos pequeñas brácteas, lo que le otorga un aspecto inconfundible. También se usa como ornamental.
Y por último, el romero Rosmarinus eriocalyx, cuyos pedicelos y cálices se encuentran cubiertos de pelos glandulares. Sus hojas son mucho más cortas que el romero (R. officinalis). Sólo hemos visto esta especie en una ocasión (en Almería, única provincia en la que crece en nuestro país), por lo que ha sido una sorpresa encontrarlo cultivado y creciendo vigorosamente en Madrid. También es una especie con pocas poblaciones, amenazada en su hábitat natural.
Detalle de una escultura "arbórea" en el Jardín Botánico de Madrid.