viernes, 26 de mayo de 2023

Flora amenazada: Rupicapnos africana

 

Aferradas a algunos paredones verticales calizos de las provincias de Málaga, Cádiz y Sevilla viven las poblaciones de la papaverácea (familia de las amapolas y los "zapatitos de la Virgen") Rupicapnos africana subsp. decipiens, una especie amenazada que habita nuestro país y el norte de África.

La fotografiamos en Casares (Málaga), en la que debe ser su población malagueña más occidental. Habita en fisuras, grietas y extraplomos, generalmente inaccesible (al menos las plantas que conozco). En un medio tan extremo los periodos largos de sequía afectan a la supervivencia de las plántulas nuevas y en muchas poblaciones no existe regeneración (aquí la ficha del Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España).

Se trata de una pequeña planta de unos 10 cm, perenne, cespitosa, multicaule y muy foliosa.

Las hojas son carnosas, bipinnatisectas y glaucas.

Florece entre marzo y junio. Las flores poseen un largo pedicelo que se alarga en la fructificación para facilitar la geocarpia, que (como indica Enric Martí en el siguiente enlace) consiste en que los pedicelos fructíferos se recurvan hacia la pared para facilitar así su posible germinación en las grietas y fisuras.

viernes, 19 de mayo de 2023

Dos especies muy parecidas: la fresa silvestre (Fragaria vesca) & la falsa fresa (Potentilla sterilis)

A comienzos de abril nos acercamos a Navafría (Segovia), en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, donde fotografiamos a dos rosáceas vivaces muy parecidas: la falsa fresa (Potentilla sterilis) y la fresa silvestre (Fragaria vesca). En esta primera fotografía, varias matas de Potentilla sterilis, una plantita con hojas dentadas, puntiagudas o redondeadas, de color verde algo apagado, que levanta unos pocos centímetros del suelo. 

Cerca de la anterior fotografiamos este ejemplar de fresa silvestre (Fragaria vesca), que puede doblar la altura de la anterior (incluso alcanzar los 30 cm de altura). Sus hojas son de color verde brillante, con folíolos ovado-rómbicos.

La primera en florecer es Potentilla sterilis, que por aquí lo hace a partir de marzo.

Las hojas de Potentilla sterilis están rodeadas por un borde fino blanquecino propio de la especie que no tiene la fresa. El diente terminal de los folíolos es más corto que los dos adyacentes.

Las flores tienen cinco sépalos puntiagudos que son perfectamente visibles entre los pétalos. Los pétalos, que se encuentran muy separados entre sí, presentan una pequeña muesca en el centro. En el centro de la flor los estambres se colocan inicialmente paralelos a los estilos. Pese al nombre, no se trata de una especie estéril, siendo sus frutos unos diminutos aquenios con pelos ganchudos (para aferrarse a los animales y dispersarse por zoocoria) que pasan desapercibidos y no se parecen nada a las fresas.

La fresa silvestre florece varias semanas más tarde: en este caso, tres semanas después de fotografiar las primeras flores de la falsa fresa, encontramos florecida a la primera Fragaria vesca.

Las flores de la fresa silvestre presentan los cinco pétalos pegados (sin huecos por los que asomen los sépalos, más numerosos que en la anterior especie), sin muescas en el centro. El centro amarillo de la flor es esférico y se convertirá en el fruto carnoso que conocemos.

Hábitat: suelos frescos en claros, taludes y márgenes del bosque de Pinus sylvestris.

Junto a las plantas, en una jornada muy fresca, descubrimos a este lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) buscando el sol de la mañana.

La maduración de las fresas se produce en julio: se trata de unos frutos en poliaquenios denominados eterios.

Los verdaderos frutos son estos "puntitos" o aquenios que se disponen sobre la superficie globosa.





viernes, 12 de mayo de 2023

Las cabras monteses del Desierto

 

A finales de abril paseando por el Desierto de Tabernas (Almería) nos cruzamos con algunas cabras monteses (Capra pyrenaica).


Seguramente se mueven entre la rambla de Tabernas y las cumbres de Sierra Alhamilla buscando agua y alimento. Aparte de resultar una imagen muy sugerente en este entorno, sorprende la capacidad de adaptación de estos animales.

El Desierto de Tabernas sigue siendo uno de los lugares más fotogénicos y espectaculares de nuestro país.



Anabasis articulata

En un año tan terriblemente seco como este algunas especies anuales apenas han brotado: este ejemplar mordisqueado de la crucífera Moricandia foetida fue el único que vimos, refugiado en una pequeña cárcava que conservaba algo de humedad. Es un endemismo del sureste peninsular.

Genista umbellata

Sideritis pusilla

Anthyllis terniflora

Hojas y flores de Anthyllis terniflora.

Otra cabra por un talud margoso.

La vegetación presenta un aspecto desolado, más propio de finales de verano de que primavera, como esta mata de Euzomodendron bourgaeanum, con pocas hojas, algunas semicalcinadas.

De vuelta. Vista general de la rambla.

Desde el cauce, que conserva algo de agua.

Salsola papillosa y Limonium tabernense.

Tarays y palmeras datileras (Phoenix dactylifera) en el oasis.


viernes, 5 de mayo de 2023

Erysimum medio-hispanicum subsp. rondae (y otras plantas acompañantes)

 

Algunas fotografías de Erysimum medio–hispanicum subsp. rondae, una crucífera que encontramos en la Serranía de Ronda (Málaga) a unos 800 m de altitud en una zona de rocas calizas cubierta por un denso matorral termomediterráneo.


Primeras flores del año (vistas de pétalos y sépalos) a comienzos de abril.

Detalle de las hojas. Se trata de un endemismo del sur peninsular que forma matitas perennes de 10-40 cm de alto.


Vegetación en los alrededores, en la que destaca la presencia del gamón Asphodelus macrocarpus subsp. rubescens.

Detalle de su inflorescencia.

Flores pasadas de Narcissus assoanus subsp. baeticus.

Saxifraga globulifera

Vinca difformis

Ophrys lutea

Ranunculus spicatus subsp. blepharicarpos

Biscutella sempervirens subsp. sempervirens

Neotinea maculata

Otra crucífera, en este caso semiarbustiva (realmente sólo es leñosa en la base, pero puede alcanzar el metro y medio de altura): Erucastrum virgatum subsp. baeticum, que crece detrás de los cardos, con unos tallos largos, gráciles y poco hojosos.

Hojas basales: son relativamente grandes, pinnatisectas.


A medida que se asciende por los tallos, las hojas se vuelven más pequeñas y enteras (tendiendo a ser lineales).

Frutos secos de Erucastrum virgatum subsp. baeticum (todavía no había florecido): se disponen en largos racimos, erecto-patentes, de menos de 2,5 cm cada silicua.