Si hay un arbusto exclusivo del suroeste ibérico que además tenga relevancia dentro del paisaje, este es la retama blanca o de olor (Retama monosperma), una leguminosa arbustiva alta (puede superar los dos metros) que vive sobre terrenos arenosos desde el nivel del mar hasta los 300 metros de altitud, acompañando a pinares, enebrales costeros y sabinas.
Se diferencia de la más extendida retama de bolas (Retama sphaerocarpa) por sus flores blancas, de corola mayor (supera los 8 mm mientras que la segunda no alcanza los 6), con estandarte apiculado y alas de igual tamaño, mientras que la quilla es más corta.
Comienza a florecer a partir de febrero, en las costas de Cádiz y Huelva: se ha empleado como ornamental fuera de su área natural de distribución, por lo que se ha asilvestrado en varios puntos del interior y del litoral mediterráneo.
Con esta especie de inicio de floración genuinamente invernal aprovecho para desear felices fiestas a todos los lectores.