Calendula arvensis, otra de las especies que ya pueden verse en flor en nuestros campos. En este caso creciendo sobre un talud de arcosas. |
Otra especie que se atreve a florecer en pleno invierno: Alyssum granatense, una crucífera ruderal que en este caso apenas alcanza los 5 cm de altura. |
Encinas acompañadas por zarzamoras y rosales silvestres. |
Una Vanessa atalanta que ha llegado hasta la mitad del invierno bastante desmejorada. |
En este rincón del encinar (junto con Halimium umbellatum subsp. viscosum) encontramos a volando a la anterior mariposa. |
Vistas del bosque de ribera de olmos blancos (Ulmus laevis) de Valdelatas, acompañados por algún fresno. |
Termitas bajo la madera en descomposición. |
Primeras flores de Salix atrocinerea. |
Aunque existen pastos verdes por las lluvias caídas hace una semana, algunas ovejas prefieren los brotes de las encinas. |
Entre los arbustos, también alguna especie se atreve a florecer, como Erica lusitanica, al menos en las ubicaciones más térmicas de su área de distribución. |
Otro arbusto del suroeste, el escobón Cytisus arboreus, también comienza a florece en pleno invierno. |
Y el tercer ejemplo de especies leñosas que pueden comenzar la floración en invierno en las estaciones más cálidas del país: se trata de la olivilla (Teucrium fruticans). |
Finalizamos con la vista de un atardecer entre los pinos piñoneros. |