jueves, 3 de noviembre de 2011

La maduración de los frutos en Cazorla-Segura

Además de por el cambio de color de la hoja en las especies caducifolias y marcescentes, si hay algo que caracteriza al otoño es la culminación del proceso de fructificación en buena parte de los árboles y arbustos de nuestras latitudes.

Nos desplazamos a las Sierras de Cazorla-Segura (Jaén) y fotografiamos (entre finales de verano y principios del otoño) a una representación de la flora mayor de este espacio; hoy nos centramos en algunas de las especies con frutos carnosos que aparecen entre los 1.500 y 1.800 metros de altitud, franja de vegetación dominada por los bosques de pino laricio.

Crataegus laciniata

Entre la orla arbustiva que aparece en los pinares, junto con varias especies de rosales silvestres encontramos a otra rosácea que en nuestro país se distribuye por las sierras del sureste peninsular: el espino Crataegus laciniata. Parecido al majuelo (C. monogyna), a diferencia de éste tiene las hojas lanosas por el haz y el envés, además de finalizar los lóbulos de éstas en unos dientes agudos. Sus frutos, apreciablemente mayores a los del majuelo, son unos pomos de color rojo que contienen dos o mas huesos, mientras que los de C. monogyna solamente tienen uno.

Lonicera arborea

Varias especies de madreselva aparecen por aquí: la madreselva arbórea (Lonicera arborea), un pequeño arbolito con bayas de color blanquecino, y Lonicera splendida, un arbusto trepador endémico de bayas anaranjadas y hojas opuestas de color glauco que se sueldan entre sí en la parte superior de las ramas.

Lonicera splendida

También encontramos otros arbolillos como los mostajos (Sorbus aria) y, en ocasiones, ascienden hasta este piso de vegetación sus parientes los espejones (Sorbus torminalis), con frutos en pomo de color pardusco y hojas simples, lobadas y de margen aserrado.

Sorbus torminalis

En el borde de la pista descubrimos una población de tabaco gordo (Atropa baetica), una solanácea amenazada de frutos negros (bayas) que, curiosamente, ha sido favorecida mediante la intervención del hombre en el pinar (sacas de madera, caminos forestales, etc.).

Atropa baetica

Dejando atrás a los pinos laricios (Pinus nigra), al descender al piso de las encinas y los pinos resineros, encontramos algunos piruétanos de buen porte: se trataría de perales asilvestrados que tradicionalmente se habían asignado a la especie Pyrus pyraster y que ahora se reconocen como una variedad o subespecie del peral cultivado (Pyrus communis).

Pyrus pyraster

Repasadas someramente algunas de las especies que se encuentran en estos bosques, dejamos para dentro de unos días a una de las joyas arbustivas que conviven en este espacio, descubierta en España, precisamente, en los pinares de laricio de Cazorla.

Hábitat: orlas espinosas y arbustivas en el dominio del pino laricio.

Pinus nigra

2 comentarios:

  1. No conocía este magnífico blog. Rezuma calidad en todos los sentidos. Las fotografías son espectaculares. ¡Enhorabuena por un trabajo tan bien hecho!.

    Los paisajes de las Sierras de Cazorla-Segura me hacen sentir como en casa. Es sorprendente el gran parecido con los paisajes de la Serra de Tramuntana de Mallorca, de Grazalema y de Los Alcornocales. Todas formaron parte hace 6 millones de años del macizo Bético-Rifeño. Cazorla sigue siendo una de mis asignaturas pendientes. No quiero morirme sin haber visto ejemplares jienenses del mítico Asplenium azomanes.

    Un saludo desde Mallorca

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  2. Muchas gracias, Joan; viniendo de ti es todo un honor y me siento halagado.

    Recuerdo, hace años, ir a hablar con Carlos Soriano (profesor de botánica en la Escuela de Montes o de Forestales), y contarme (yo le estaba dando la paliza porque andaba detrás de fotografiar el Euonymus latifolius y entonces sólo tenía referencias de una población) sobre los helechos casmófitos únicos que crecían entre las grietas de los torcales y lapiaces cazorleños: no sé si A. azomanes será uno de ellos, pues se refería a especies que se encontraban por encima de los 1.800 metros de altitud...

    En cualquier caso, Cazorla-Segura enamora y nunca es suficiente: es un lugar tan grande y tan variado que siempre sabe a poco y siempre queda algo por ver.

    Un saludo.

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