martes, 6 de agosto de 2019

La retama de tintes (y otras especies acompañantes)

A mediados de junio (a esta fecha corresponden las fotos) empieza a florecer la retama de tintes (Genista tinctoria) en algunas localidades serranas madrileñas. Se trata de un pequeño arbusto inerme, con hojas y ramas alternas, cuyas flores crecen en racimos alargados al final de las ramas.

Es característico de la especie tener la quilla (el pétalo inferior) glabro (en este género es muy habitual tenerlo cubierto de pelos). También las estípulas triangulares y espinulosas. Se trata de una planta que se ha cultivado en la antigüedad por sus propiedades tintóreas, por lo que no está clara su procedencia, ni siquiera su carácter autóctono o alóctono. El caso es que está con nosotros, y nos sigue gustando mucho (como el resto del género), así que ya estábamos tardando en publicar alguna foto suya.

Genista tinctoria habita prados húmedos, habitualmente sobre suelos silíceos; en este caso a 1.200 m de altitud, en los bordes de un melojar (Quercus pyrenaica) en Navacerrada (Sierra de Guadarrama, Madrid).

Aquí vemos más ejemplares, que no suelen alcanzar el medio metro de altura. Vamos a mostrar algunas de las especies que acompañan a la retama de tintes.


Nepeta caerulea


Ornithogalum pyrenaicum, inflorescencia y detalle de las flores.


La cachurrera (Myrrhoides nodosa), que mostramos hace poco, ya ha formado los frutos. En la foto superior, engrosamiento del tallo del que procede el nombre específico.

En el interior del melojar florece Tanacetum corymbosum.

Lathyrus niger

Galium mollugo

Lapsana communis

Dejamos el bosque y nos acercamos a un arroyo para fotografiar a Galium palustre, una especie perenne de este género.

En los setos que crecen por aquí abundan los rosales silvestres, varias especies de zarzas, boneteros y aligustres (Ligustrum vulgare) como el de la fotografía.

Potentilla asturica

Otro ejemplar de retama de tintes, en este caso más alejado del límite del arbolado: el pasto que lo rodea se encuentra completamente seco en estas fechas, una pena.

En esta zona de pastos más secos florece ahora Galium verum.

El berceo (Celtica gigantea, antes Stipa gigantea) forma grandes macollas y puede alcanzar los dos metros de altura.

Primeras flores de Clinopodium vulgare.


Cerca de una sauceda encontramos este trébol (Trifolium pratense).

Otro habitante de los setos, la madreselva (Lonicera periclymenum), también en flor.

Un avellano (Corylus hispanica) plantado como ornamental cerca de donde nos encontramos.

En los suelos anteriormente cubiertos por las aguas que todavía retienen (o han retenido hasta hace poco) humedad, crece el diminuto Juncus pygmaeus, una especie de junco que apenas alcanza los 10 cm.


Otra genista empieza a florecer por aquí, aunque en este caso nos referimos a un arbusto alto, Genista florida, un clásico de la media montaña del Sistema Central. Nos estamos alejando del bosque de melojos y de los prados más o menos húmedos, ascendiendo a zonas graníticas de suelos secos.

Por aquí se encuentra la jara de hoja de laurel (Cistus laurifolius).

Cantuesos y santolinas acompañan a los jarales.

Sedum amplexicaule

Desde el pinar de pino silvestre (Pinus sylvestris) con enebros, bastante separados de las retamas de tintes, aprovechamos para despedirnos.

2 comentarios: