Sierra Nevada desde Sª Tejeda, Alhama y Almijara.
A esta cota, sobre un medio rocoso en el que predominan las rocas de naturaleza básica (principalmente calizas, pero también dolomías y margas a lo largo de estas sierras), dominan los pinares de pino resinero (Pinus pinaster), acompañados de encinas, algún quejigo y romerales y tomillares con Halimium atriplicifolium y varias especies de labiadas y leguminosas (Ulex parviflorus, Erinacea anthyllis, etc.). Los pinos colonizan con éxito los abruptos barrancos y empinadas pendientes que caracterizan esta parte de la sierra.
Pinus pinaster entre barrancos calizos.
Además de las rocas calizas se pueden encontrar otras rocas de diferente naturaleza (como los micaesquistos) en otras parte de la sierra, lo que posibilita la presencia de especies acidófilas como los alcornoques; cerca del Cerro de Lopera, los melojos (Quercus pyrenaica) forman un interesante bosquete.
Presencia de melojos (al fondo a la izquierda, sin hojas), junto a los pinares.
Entre los arbustos que se encuentran en flor a principios de año destaca la salamunda, Thymelaea tartonraira, que puede adoptar un hábito semiesférico de medio metro de altura, como se expone en una de las fotografías. Las flores crecen en pequeños grupos (entre 2 y cinco) en las axilas de las hojas.
Porte de Thymelaea tartonraira.
Thymelaea tartonraira: hojas y flores.
Otra especie destacable, que se encuentra algo más abajo, en los dominios de la encina, es el garbancillo Ononis speciosa. Se trata de un arbusto de metro y medio con las flores amarillas (florece a partir de mayo). Las hojas son trifoliadas, con folíolos elípticos o casi orbiculares, con borde serrado y muy viscosas; el folíolo central se encuentra bien separado de los dos laterales. Se trata de una especie que prospera bien en suelos tanto ácidos como básicos, que aquí presenta buenas poblaciones.
Hojas de Ononis speciosa.
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