Nos acercamos a una de las playas señeras del Cabo de Gata (que no conocíamos, por cierto), para fotografiar en una mañana nubosa y con aire algunas especies.
La primera especie que encontramos en flor es la ajedrea (Satureja cuneifolia subsp. obovata).
En la parte alta (para acceder a la playa hay que bajar un buen tramo) encontramos Rhamnus lyciodes subsp. velutinus (Rhamnus velutinus), de hojas completamente cubiertas por pelillos, lo que le aporta un tono ceniciento.
Un detalle de las hojas de la especie anterior.
Entre las rocas, pegada al suelo, Ajuga iva, de flores amarillas.
Muy abundante, una planta de saladares y otros ambientes salitrosos, el tomillo sapero (Frankenia corymbosa), con los frutos maduros.
No saqué ninguna foto potable de Helianthemum almeriense a causa del viento, pero quede aquí la foto testigo de que algunos pies de esta cistácea se encontraban en flor.
Un endemismo del Cabo de Gata: la labiada Sideritis osteoxylla, ahora con las inflorescencias completamente secas.
Entre los espartos y prácticamente casi todos los matorrales de la zona, descubrimos algo escondida a Viola arborescens (de nombre un poco pretencioso, pero preciosa especie), en plena floración. Aspecto general de esta matilla rastrera y detalle de flores y hojas.
Un diminuto escorpión bajo una piedra; no encontramos herpetos almerienses.
En un rincón más húmedo, confluyen varias especies arbustivas altas, todas ellas en flor; la de color más claro, en el centro de la siguiente fotografía, es la albaida (Anthyllys cytisoides), una leguminosa de climas cálidos y semiáridos.
Otra leguminosa en flor: el tojo Ulex parviflorus.
En el mismo rincón, Lavandula dentata y la trepadora Aristolochia baetica, creciendo sobre la primera.
Lejos de las anteriores, en una zona seca, un cardo "arbóreo" (con los capítulos florales secos): Carthamus arborescens.
Contrasta el color oscuro de las rocas volcánicas a un lado de la playa...
... con los colores claros de las rocas sedimentarias en el otro extremo.
Al fondo, Carboneras y su puerto.
Aunque vemos tomillos en flor (Thymus hyemalis), otra labiada parecida, también en flor llama nuestra atención: se trata de una especie similar a los tomillos, Micromeria inodora, pero con menos flores y de tamaño más grande que en los primeros.
Otra vista otoñal de la playa, caracterizada por la presencia de grandes guijarros y arenas gruesas.
Cerca del mar, la azucena marítima (Pancratium maritimum), con los frutos formados.
Una especie arbustiva de frutos carnosos: el bayón (Osyris lanceolata).
Porte y hojas de Paronychia suffruticosa, que ya apareció por aquí la semana pasada.
Terminamos con una compuesta en flor: Phagnalon saxatile, caracterizada por tener las brácteas del involucro lineares.
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