Restos de tarayales en La Mancha.
Forman parte de la vegetación ribereña, acompañando a otras especies formadoras de bosques galería, y de las bandas de vegetación que se forman en humedales, marismas o saladares, si bien en medios salobres no soportan encharcamientos prolongados y son sustituidos por quenopodiáceas (géneros Arthrocnemum, Sarcocornia, Salicornia, etc.) si éstos se prolongan.
Puede hablarse de nueve especies bien reconocidas en el país:
T. boveana
T. dalmatica
T. africana
T. gallica
T. canariensis
T. mascatensis
T. chinensis
T. ramosissima
T. parviflora
Las tres últimas no autóctonas, pero muy empleadas en jardinería y asilvestradas con frecuencia. También se ha cultivado T. aphylla en Almería y norte de África, aunque resulta mucho más escasa que las anteriores. Por último, citar el descubrimiento reciente de T. arborea cultivada en Barcelona (y, con gran probabilidad, en otros puntos del país).
La resistencia a la salinidad del suelo, como se ha mencionado, varía según especies; en general, T. africana y T. gallica son menos resistentes que T. boveana, T. dalmatica o T. canariensis. Aunque en próximas entradas se repasarán las nueve especies citadas, en el presente post se muestran algunos ejemplos de tarayales, representativos tanto de especies asociadas a aguas dulces, como de especies adaptadas a aguas salobres o medios salinos.
Río Sangrera (Toledo)
Ejemplo de tarayal ripario de T. africana acompañado por fresnos, sauces (Salix salviifolia), tamujos (Flueggea tinctoria), en ambiente de encinar.
Río Jarama (Madrid)
Otro tarayal de T. africana formando parte del bosque galería, junto con Populus alba, P. nigra, restos de olmedas (Ulmus minor), Crataegus monogyna o Salix alba.
Ciempozuelos (Madrid), cerca de las Salinas
Presencia del interesante T. mascatensis y otras especies del género en el arroyo que cruza estos cerros yesosos, con Lepidium subulatum, Herniaria fruticosa, Launaea resedifolia, etc.
Humedales de Villacañas (Toledo)
Bosquetes de T. canariensis junto con Suaeda vera, Sarcocornia perennis, Gypsophila tomentosa, etc.
Desierto de Tabernas (Almería)
Con T. canariensis, aunque también presente por la zona T. boveana (siempre más escaso que la primera); en la Rambla de Tabernas, con Inula crithmoides, Salsola oppositifolia, S. papillosa y otras.
Aranjuez (Madrid)
Aspecto de los tarays (T. africana) creciendo entre los carrizos (Phragmites australis), antes de comenzar la floración. En Aranjuez (cerca de El Regajal), se citan cinco de las seis especies autóctonas españolas; además de la mencionada T. africana, T. gallica, T. canariensis, T.mascatensis y T. boveana.
Heliotaurus ruficollis visitando las inflorescencias de Tamarix africana.
Otro tenebriónido (Omophlus lepturoides) cubierto del polen de la anterior especie.
Por último, destacar la importancia de los tarayales para la fauna, tanto para los cuantiosos invertebrados que los visitan durante la floración, como para los vertebrados que los emplean como lugar de refugio, descanso o nidificación.
Ejemplar de murciélago (Pipistrellus pipistrellus) sobre Tamarix canariensis (antes de florecer).
Un martinete (Nycticorax nycticorax) descansa en un tarayal.
Hola Salva, por el norte hay algunas zonas donde son muy abundantes. Por ejemplo en la Ría de Villaviciosa, donde los llaman tamariscos, la especie es Tamarix gallica, y ocupa gran parte de las riberas de la ría.
ResponderEliminarun abrazo
La verdad es que el post ha quedado bastante escorado hacia los tarayales del centro peninsular, pero es que son de los que más fotos tengo (bueno, también de la costa mediterránea, ya irán apareciendo).
ResponderEliminarSobre los Tamarix del norte, he de confesar que no he manejado ni una sola muestra (para el estudio de flores, disco nectarífero, brácteas y racimos, que son los caracteres empleados para la identificación de especies), así que te agradezco la información.
Un abrazo, David.