Los alisos (Alnus glutinosa) acompañan a las hayas en las orillas del río. |
Aliseda y su sotobosque. |
Paseando entre melojos. |
Hoja marcescente del melojo (Quercus pyrenaica). |
Serbal de cazadores (Sorbus aucuparia). |
Senecio aquaticus florecido en una zona de suelos encharcados. |
En un talud arcilloso destacan las hojas del geófito "uña de caballo" (Tussilago farfara). |
Mijo de sol (Lithospermum officinale). |
Hojas de una zarzamora interesante: Rubus vestitus. |
Aspecto del turión (glanduloso y con muchos pelos simples) de Rubus vestitus. |
El azafrán silvestre (Crocus nudiflorus) florece en esta época. |
Ganado caballar pastando. |
Abedules (Betula pendula). |
Temblón (Populus tremula). |
A la derecha un acebo (Ilex aquifolium) asoma entre las coníferas. |
Frutos maduros del peral atlántico (Pyrus cordata). |
Veronica beccabunga, un hidrófito que todavía mantiene algunas flores. |
En una jornada lluviosa y con nieblas encontramos varias coníferas plantadas, como los pinos de Monterrey (Pinus radiata). |
Alerce del Japón (Larix kaempferi). |
Ambiente umbroso entre los cipreses de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana). |
Pero al seguir ascendiendo, al final reaparece el hayedo. |
Algunos majuelos se encuentran completamente cubiertos de muérdago (Viscum album). Detalle del fruto. |
Caltha palustris en flor en medio de un suelo turboso. |
Fresnos (Fraxinus excelsior) (abajo, aspecto del ramaje y hojas) con abetos de Douglas (Pseudotsuga menziesii). |
Tronco de un buen ejemplar de tejo (Taxus baccata). |
Roble americano (Quercus rubra). |
Prunella vulgaris despistada en flor. |
Falso plátano (Acer pseudoplatanus). |
Ejemplares de robles pedunculados (Quercus robur) acompañan a las hayas en las zonas bajas. |
Hojas todavía verdes de Quercus robur. |
Setos con hayas, robles, quejigos y varias especies de arbustos caducifolios. |
Bonetero (Euonymus europaeus). |
Otra fagácea marcescente, el quejigo (Quercus faginea). |
Arce menor (Acer campestre). |
Sorbus torminalis |
Floración de la hiedra (Hedera helix). |
Casi al anochecer alcanzamos el hayedo de Otzarreta, donde estas hayas trasmochadas presentan estas curiosas formas. |
La jornada siguiente (más despejada) aprovechamos para visitar Salburua, un humedal periurbano próximo a Vitoria-Gasteiz. |
La polla de agua se deja ver muy fácilmente. |
Ciervo y parte de su harén. |
Magníficas saucedas de Salix alba acompañadas de diversos arbustos riparios. |
Endrino (Prunus spinosa) con frutos. |
Aspecto de las hojas del cornejo (Cornus sanguinea) antes de desprenderse. |
Al cerecillo (Lonicera xylosteum) no le queda ningún fruto. |
Sí, en cambio, al mundillo (Viburnum opulus). |
Olmo blanco (Ulmus laevis). |
Aspecto otoñal de Cruciata laevipes, una rubiácea que crece en suelos húmedos y algo nitrificados. |
Frutos del rosal silvestre. |
Una zarza cundidora, Rubus caesius. |
Espino cerval (Rhamnus catharticus). |
La Llanada Alavesa conserva algunas de las mejores poblaciones del país de majuelo navarro (Crataegus laevigata). |
Hojas y uno de los últimos frutos (ya saben: con dos o tres huesecillos) de Crataegus laevigata. |
No obstante, la especie más abundante de majuelo sigue siendo Crataegus monogyna (frutos con un solo hueso). |
Con tanto seto y arbusto con frutos, aquí el petirrojo vive feliz. |
Saucedas y restos de robledales junto a praderías. |
Rosa arvensis |
Uno de los sauces que nos llamó la atención: Salix purpurea. |
Arraclán (Frangula alnus). |
Clematis vitalba |
Algunos aligustres (Ligustrum vulgare) mantienen todavía cantidades importantes de frutos. |
Aspecto otoñal de la salicaria (Lythrum salicaria) en una zona anegada. |
Entre la zarzas destaca este ejemplar de acónito (Aconitum napellus). |
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