Frutos maduros de Hedera helix en invierno. Por cierto, los frutos son muy tóxicos para el ser humano. |
Entre estas especies destacan el mirlo común, uno de los grandes consumidores de frutos de hiedras en nuestros jardines... |
... y del norte del país pasamos al extremo sur: en El Bosque (Grazalema, Cádiz) encontramos hiedras creciendo en una fresneda próxima a un huerto con nogales. |
En los bosques caducifolios del norte y los sistemas montañosos también se da muy bien, como por ejemplo en esta tembleda (Populus tremula)... |
... o en los melojares marcescentes (Quercus pyrenaica) del Sistema Central. |
Como puede verse, en el Torcal comparten hábitat con las cabras monteses. |
Vista de las hojas nuevas de Hedera hibernica en un brote estéril, donde a simple vista se notan los tricomas (sobre la propia lámina y en los tallos). |
La hiedra atlántica también comienza a florecer durante el verano: aquí vemos un ejemplar en el que se está formando la inflorescencia a comienzos de septiembre, en la costa coruñesa. |
La hiedra atlántica también habita desde el nivel del mar, pudiendo superar los 1.000 metros de altitud; aquí vemos otra población costera gallega creciendo en un muro junto a varios laureles. |
En esta carballeda (Quercus robur) Hedera hibernica cubre el suelo y asciende por los troncos de los árboles. |
También acompaña a los alisos (Alnus glutinosa) y cubre los restos de piedra de un antiguo molino. |
Y, cómo no, no podía faltar sobre los pinos marítimos (Pinus pinaster) de la Costa da Morte, en La Coruña. En unos días la segunda parte, con el resto de especies de hiedras. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario