lunes, 26 de septiembre de 2011

Adiós verano

Por méritos propios, el insecto más genuinamente veraniego para despedir la estación.

Las moscas, acompañantes de nuestra especie a lo largo del planeta, vectores de gérmenes y enfermedades, contribuyen a la contaminación de nuestros alimentos a través del proceso que emplean para alimentarse. Una vez posadas sobre la comida, a través de su probóscide regurgitan una gota de líquido viscoso que va provisto de enzimas para disolver el alimento, el cual será ingerido a continuación, tras su disolución parcial. Parte de la comida realizada con antelación puede ser devuelta al producirse la regurgitación, lo que supone la incorporación de microorganismos a la nueva fuente de alimentos.



Por otro lado, también presentan algunas facetas positivas, como su contribución al reciclaje de de la materia orgánica en descomposición (especialmente sus larvas) y a la polinización de las flores que realizan los adultos de muchas especies de dípteros.

Muy sensibles al frío, con la llegada del otoño y la progresiva bajada de temperaturas muchos adultos morirán, sobreviviendo al invierno únicamente las que consigan guarecerse en estancias más o menos abrigadas.

Ha sido un buen verano. A mi me gusta cualquiera de las otras tres estaciones más que el verano, pero ya lo estoy echando de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario