No sé si será casualidad o no, pero la única época del año en que vemos a la culebrilla ciega (Blanus cinereus) en la rampa madrileña -zona de transición entre la sierra y la campiña- es, precisamente, durante los últimos días de marzo (y principios de abril). El resto del año o no se deja ver o tenemos mala suerte y no la encontramos.
Una culebrilla ciega muestra su lengua bífida.
En estas áreas de rampa, aunque predominan los pastizales adehesados con especies esclerófilas (encinas y enebros) y cantuesos, algunas especies arbóreas más exigentes en humedad se atreven a descender desde la sierra (quejigos, alcornoques y melojos), por lo que los paisajes se enriquecen con estas nuevas entradas, así como con las fresnedas y setos que crecen en las vaguadas.
Postura defensiva clásica: se enrolla fuertemente alrededor de palos o raíces próximos.
Los suelos poco compactos de arcosas, debajo de las piedras junto a los muretes de las fincas ganaderas o a las cañadas, son el hábitat de este curioso reptil con aspecto de lombriz.
Hábitat de Blanus cinereus, muy seco durante este año.
Que pasada Salva, yo nunca la vi, por aquí arriba no hay.
ResponderEliminarun abrazote
Estás invitado a bajar a verla, D. David, aunque es cierto que solamente la he visto en esta época, no sé porqué.
ResponderEliminarTe cambio una Blanus por la Chioglossa esa que tienes domesticada.
Otro abrazo.
eso está hecho, jeje
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