El característico porte rastrero de la gayuba, junto a Cistus laurifolius y un enebro que también crece tumbado (Juniperus communis subsp. alpina). |
Otro ejemplar en flor. |
Más ejemplos del matorral que acompaña a las gayubas: brezos (Erica arborea, arriba) y piornos (Cytisus oromediterraneus) con jaras (abajo). |
Juniperus communis subsp. alpina, el enebro rastrero, cubriendo un amplio hueco en el interior de un pinar. |
Una vista del Valle de La Barranca, cerca de Navacerrada (Sierra de Guadarrama, Madrid). |
Otra gayuba, en esta ocasión sin flores, creciendo bajo los pinos silvestres. |
Abedul (Betula pubescens) junto a un curso de agua. |
Arenaria montana en flor bajo un vallado metálico. |
Ejemplar de ciruelo silvestre (Prunus insititia): rama y flores. También vimos algún manzano silvestre a punto de florecer. |
Banda de sauces en flor delante del pinar. |
Un acebo recluido dentro del bosque. |
También los chopos (Populus nigra) han florecido. |
Primeras flores y brotes en la chopera y su sotobosque. |
Una probable Rubus patientis, con las hojas que no perdió en este invierno tan poco frío, y detalle de los acúleos y glándulas del tallo. |
Otra especie que se desespereza en los setos: la madreselva Lonicera periclymenum, |
En cambio, en el descenso a Navacerrada, fotografiamos a algunos melojos que aparentemente siguen imperturbables. |
Pastos aprovechados a dientes por una vaca avileña. |
Una labiada que se naturaliza por los alrededores: Stachys byzantina; detalle del porte de la planta con los tallos del año pasado y de las hojas cubiertas por un denso tomento por ambas caras. |
Y terminamos con un par de peonías (Paeonia broteri) ya brotadas y dispuestas a dar lo mejor de sí en los dos próximos meses. |
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