Entre los arbustos que se pueden ver en flor en las márgenes de las fincas próximas (antes de alcanzar la zona de arenas), mencionar a la escoba Cytisus multiflorus, única del género con las flores blancas, lo que la hace inconfundible.
Ya entre las especies sabulícolas destaca -por su abundancia- otra leguminosa arbustiva alta: Adenocarpus aureus, que florecerá más adelante, bien entrada la primavera.
Aspecto de los matorrales sabulícolas en abril, con predominio de Adenocarpus aureus.
Cytisus multiflorus
Adenocarpus aureus
Como principales especies acompañantes de Adenocarpus aureus figuran varias cistáceas (jaras y jaguarzos), como Cistus salviifolius, Halimium umbellatum subsp. viscosum, H. calycinum o H. ocymoides. La más interesante es H. calycinum, pues se trata de una especie que, desde los arenales costeros de Andalucía occidental, salta hasta el centro peninsular, donde llega a formar algunas poblaciones (en Toledo y Madrid). Abundan, además, cantuesos (Lavandula stoechas) y torviscos (Daphne gnidium).
Cistus salviifolius
Halimium umbellatum subsp. viscosum
Halimium ocymoides, antes de florecer.
Otras especies de interés son la euforbiácea Mercurialis elliptica, una mata perenne de hojas elípticas, coriáceas, con los bordes crenado-dentados, propia del suroeste del país (y presente en el noroeste de África), que también aparece en unos pocos enclaves castellano-manchegos, y la escila de primavera (Scilla ramburei), de espectacular floración, que crece en brezales higrófilos o juncales, con otras especies más exigentes en humedad (como, por ejemplo, Genista anglica, Erica scoparia o la brecina, Calluna vulgaris).
Mercurialis elliptica
Scilla ramburei
Vista general con encinares (Quercus ilex subsp. ballota) y Gredos al fondo.
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