Tamarix africana (Rivas, Madrid), abriendo las primeras flores a finales de abril.
Tras presentar a los tarajes o tarays con cuatro pétalos, queda por revisar al resto de especies, es decir, aquellas con flores pentámeras.
Dentro de éstas, pueden distinguirse dos grupos:
1.- Especies cuyos racimos superan los cinco milímetros (5-8 mm) de anchura: Tamarix africana y T. chinensis.
2.- Especies con los racimos más estrechos (menores a cinco milímetros): Tamarix canariensis, T. gallica, T. mascatensis y T. ramossisima.
1.- Especies pentámeras con racimos anchos (5-8 milímetros):
Tamarix africana
Especie de grandes pétalos (mayores de 2 milímetros), en la que los racimos de flores nacen en las ramas viejas o leñosas; éstos son gruesos, alcanzando los ocho milímetros de anchura. Las brácteas pueden superar o no la longitud del cáliz; en la denominada variedad fluminensis, las brácteas superan la longitud del cáliz (se adjunta una foto). Disco nectarífero sinlófico.
Se trata de una especie bien distribuida por gran parte de España, siendo con T. gallica la especie que asciende más al norte del país.
Tamarix africana var. fluminensis
Tamarix chinensis
Tal como indica su nombre especifico, especie proveniente de oriente (China, Japón y Mongolia), muy empleada en jardinería.
Racimos de 5-7 milímetros de ancho. Flores con sépalos enteros, de forma triangular-lanceolada, con pedicelos largos y brácteas que en ocasiones pueden igualar al pedicelo. Disco hololófico. Especie con flores de color rosa intenso, que florece espectacularmente a partir de mayo.
Tamarix chinensis (San Sebastián de los Reyes, Madrid).
Detalle de pedicelos y sépalos de T. chinensis.
2.- Especies pentámeras con racimos estrechos (de anchura inferior a cinco milímetros):
Tamarix ramosissima
Como la anterior, se trata de otra especie cultivada que en ocasiones aparece asilvestrada; también de disco nectarífero hololófico. A diferencia de T. chinensis, sus racimos son más estrechos (3-4 mm).
Otras diferencias importantes entre las dos especies de disco hololófico residen en la longitud de las brácteas (en esta especie son lineares y muy largas, superando a los pedicelos) y en los sépalos, menos estilizados que en la especie anterior y de borde irregularmente dentado.
Tamarix ramosissima cultivado en Alcobendas (Madrid).
Tamarix canariensis
Especie muy próxima a T. gallica, de la que a veces es difícil de separar; en general, Tamarix canariensis tiene los ejes de los racimos y las brácteas florales papilosos (es decir, con papilas, unas pequeñas excrecencias de tipo granuloso sobre dichas superficies) y brácteas muy largas y acabadas en una fina punta, que superan claramente la longitud del cáliz; estas características no las presentan ni T. gallica ni T. mascatensis.
Por otra parte, se trata de un taray con pedicelo bien representado y sépalos triangulares, finamente denticulados. Disco sinlófico. Al igual que en T. gallica y T. mascatensis, los racimos florales nacen en las ramas del año.
Especie resistente a la salinidad, se encuentra bien representada en gran parte de la Península, Mallorca e islas Canarias. Los conocidos bosquetes de tarays de las Tablas de Daimiel pertenecen a esta especie.
Racimo de T. canariensis antes de la apertura de las flores (El Molar, Madrid).
Tamarix canariensis en las salinas del Cabo de Gata (Almería).
Tamarix gallica
Como se ha señalado, especie muy parecida a la anterior, pero con racimos no papilosos y brácteas que no superan la longitud del cáliz. Flores bien pecioladas, con racimos que pueden alcanzar los cinco centímetros de longitud. Disco, asimismo, sinlófico.
Menos resistente a la salinidad que la especie precedente, también se presenta por gran parte de la Península, alcanzando la costa cantábrica, y Baleares. En el centro peninsular la hemos visto florecer a partir de mayo, como otras especies de racimos estrechos.
Tamarix gallica
Tamarix mascatensis
A diferencia de las dos especies anteriores, T. mascatensis presenta el disco nectarífero de tipo paralófico.
Además, se trata de una especie de racimos estrechos con flores subsentadas; es decir, a diferencia de T. gallica y T. canariensis, cuyas flores cuentan con un pedicelo bien desarrollado, en T. mascatensis las flores tiene un corto pedicelo, pareciendo en ocasiones ser sentadas.
Los racimos suelen ser más cortos (hasta 3 centímetros de longitud) que en las otras dos especies. Por otra parte, presenta brácteas más cortas que el cáliz y sépalos denticulados.
Citada de manera dispersa por varias zonas del país (Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Región de Murcia y Mallorca), seguramente pase desapercibida en muchas otras partes debido a su parecido con las demás especies de racimos estrechos y por ser una especie frecuentemente ignorada en muchas de las publicaciones que tratan sobre las especies leñosas españolas.
En Madrid la hemos visto en Ciempozuelos, compartiendo hábitat con T. gallica, así como en Alcalá de Henares, existiendo además citas en Aranjuez y otros puntos del sureste de la región; florece a partir de mayo.
Tamarix mascatensis (Ciempozuelos, Madrid).
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